La envidia es el más venenoso de todos los pecados capitales, y por eso los Embaucadores de Kuulima se cuentan entre las criaturas más tóxicas y peligrosas que existen. Su mera presencia es suficiente para envenenar los cuerpos y las almas de todos los que osen desafiarlos.
Algunos Embaucadores son obsequiados con un par de poderosas alas, con las que pueden infiltrarse tras las posiciones enemigas, sembrando sentimientos de envidia tras las líneas enemigas.